Estos son los pasos que he seguido para tenerlo todo preparado:
- Lo primero es comprobar que el reproductor funciona bien, y si va a pilas comprobar que no estén medio agotadas. Podemos probar con cualquier cinta que tengamos a mano, de cualquier programa o juego o los mejores éxitos de Michael Jackson si lo prefieres.
- Después debemos conectarlo a la entrada de línea de la tarjeta de sonido, o en caso de que el ordenador no disponga de ella (muy frecuente en portátiles) a la entrada de micrófono. Esto se hace normalmente con un cable de audio de minijack a minijack muy común.
- Ajustamos el mezclador de la tarjeta de sonido, seleccionando como entrada para grabación la cual tenga pinchado nuestro cable procedente del cassette. Mis pruebas han arrojado buenos resultados poniendo un volúmen de captura medio, ni muy fuerte ni muy débil. Si nuestra entrada es la de micrófono, deberíamos desactivar la amplificación de micrófono o "mic boost".
- Probamos a capturar algo con nuestro software de edición y captura favorito. Yo suelo usar Audacity, aunque cualquiera medio bueno debería servir. Tenemos que tener en cuenta que además debemos ajustar el volúmen de captura del propio programa, así como el volúmen del reproductor de cassette. Nuevamente mis pruebas han arrojado mejores resultados con un volúmen moderado antes que darle a toda caña.
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| Audacity grabando en Mac OS X |
Si todo ha ido bien deberíamos tener en nuestra pantalla la captura del contenido de la cinta, preparado para ser exportado a Wav y tratado con los programas adecuados para convertirlo al formato deseado.
Hay que tener en cuenta que la grabación que hayamos realizado debe ser audible y clara a un volúmen normal, así como no distorsionar por exceso de volúmen ni ser excesivamente débil. Desde el propio programa podemos también amplificar y rebajar el volúmen así como realizar operaciones de equalización, realzado de agudos y mil cosas más que no sé manejar demasiado bien, pero que pueden resultar muy útiles para nuestros propósitos.
Cuando el reproductor de cassette no es nuevo puede resultar interesante realizar una limpieza de cabezales, no tiene mucho misterio y casi todo el mundo lo habrá hecho alguna vez (para esto eran los bastoncillos de las orejas). Simplemente frotamos el cabezal de lectura con el bastoncillo empapado en alcohol (para eliminar los restos adheridos) y dejamos que se seque durante unos minutos.
Además puede darse el caso de que el azimut del cabezal se haya desalineado, o que la cinta concreta que estemos intentando extraer no esté en muy buen estado ni del todo alineada con nuestro cabezal.
Para solucionar esto, casi todos los reproductores disponen de un pequeño agujero donde introducir un pequeño destornillador plano con el que girar el tornillo que calibra el cabezal. El procedimiento es poner una cinta a reproducir (esta vez debe ser de datos y no de Michael Jackson) y girar el tornillo hasta que consigamos que el sonido sea lo más agudo posible.
Todo esto son solo unas recomendaciones generales: a la hora de la verdad pueden surgir -y surgen de hecho- mil problemas adicionales, ya sea de la cinta, del reproductor, de la tarjeta de sonido, o del propio software que usemos tanto para capturar como para convertir. Con la práctica y el método universal de ensayo y error iremos depurando nuestras técnicas, y ajustando y calibrando todos los parámetros necesarios para conseguir realizar la mayoría de volcados en muy poco tiempo.

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